Documento del mes: diciembre de 2015

Archivo Municipal de Isla Cristina, Leg. 84, Real Cédula comunicando el matrimonio entre Fernando VII y Mª Cristina de Borbón

La Real Cédula es un tipo de documento salido directamente de la cancillería real, firmado por el propio monarca, y que solía resolver algún conflicto de relevancia jurídica (donde el rey actuaba como última instancia), establecía alguna conducta legal, creaba alguna institución, nombraba algún cargo, otorgaba derechos u ordenaba algo concreto.

En este caso, se trata de una comunicación por parte del soberano a sus súbditos.

Fernando VII, a la sazón viudo por tres veces (de Mª Antonia de Nápoles, Mª Isabel de Braganza y Mª Josefa de Sajonia), carecía de descendientes directos, y este hecho hizo que tanto el gobierno como otras instituciones del Estado le presionasen para que volviera a contraer matrimonio.

El rey, cediendo a estos deseos, escogió para tal fin a su sobrina, Mª Cristina de Borbón, hija del rey Francisco I de las Dos Sicilias, con quien casaría en Aranjuez el 11 de diciembre de 1829.

Poco después, y antes de producirse el nacimiento de la primogénita, la futura reina Isabel II, el rey promulgaría la Pragmática Sanción, una orden aprobada por Carlos IV en 1789 pero que nunca se había hecho pública, mediante la cual las mujeres, en ausencia de varones, podían heredar el trono. En la práctica se alejaba del trono al infante Carlos Mª Isidro, lo que provocaría las sucesivas guerras civiles del siglo XIX, denominadas Guerras Carlistas.

La importancia del documento, en este caso, reside en servir de tranquilidad a los súbditos, impacientes por conocer quién pudiera ser el heredero del trono, de una parte, y de otra, a nivel local, porque la novia, Mª Cristina de Borbón, justo al principio de su regencia, en la minoría de edad de su hija Isabel II, será la que socorra con un importante donativo a la población de la Real Isla de la Higuerita durante la epidemia de cólera morbo de 1833 y la que acceda, en respuesta al agradecimiento mostrado por aquellos, a que la población cambiase de nombre y tomase el suyo propio, denominándose a partir de 1834 como Isla Cristina.