Documento del mes: mayo de 2016

Archivo Municipal de Isla Cristina, Leg. 438, Estadística efectos del terremoto de 1969

De todos es conocido que la fundación del actual núcleo de población al que llamamos Isla Cristina tiene su origen en el terremoto y posterior maremoto comúnmente denominado de Lisboa, que tuvo lugar en la mañana del 1 de noviembre de 1755, dando origen a la Isla de la Higuerita.

Nuestra zona es especialmente sensible en estos movimientos sísmicos, estando documentados varios a lo largo de los tiempos, como el del siglo IV d. C., del que quedan evidencias arqueológicas en las factorías romanas de salazón o el de 1776, mucho menos conocido que su antecesor de Lisboa.

Quizás uno de los más recordados, por su cercanía en el tiempo, y por los daños causados en nuestra ciudad es el terremoto que tuvo lugar el 28 de febrero de 1969.

La relación de daños en nuestra ciudad es prolija, pues no solo afectaron a viviendas particulares o a edificios públicos, sino que también se vieron afectados elementos básicos como el pavimento de las calles, el alcantarillado, la red de aguas y el alumbrado.

La imposibilidad por parte del municipio de hacer frente a todas las reparaciones necesarias, motivó la creación de un expediente, donde quedaron recogidos los daños causados, pero también la evaluación de los mismos por peritos en la materia y los movimientos dados ante las diferentes administraciones solicitando auxilio: la Diputación Provincial, el gobernador civil, el ministro de la Gobernación o el mismísimo vicepresidente del Gobierno, Luís Carrero Blanco.

Las calles dañadas, por ejemplo, fueron las siguientes: España y transversales, Flores, Diego Pérez Pascual, Diego Pérez Milá, Conde de Vallellano y transversales, Cervantes, Barrio Nuevo, Matadero, Patio San Francisco [en el Barrio Nuevo], Barriada del Carmen, Jesús del Gran Poder, Barriada Román Pérez Romeo, la Lonja Municipal y la Plaza de las Flores, cuyos daños se valoraban en unos cuatro millones de pesetas de la época.

A esto hay que sumar los desperfectos en el Ayuntamiento, que a la postre acabaron con su demolición y la apertura sobre su solar de la actual calle Armada Española; en el Grupo Escolar “Ntra. Sra. de los Ángeles”, que finalizó así su actividad docente y vio derribarse sus espadañas y la planta superior; o la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Dolores, con graves desperfectos en el interior.

Las casas afectadas suponían, según los peritos, aproximadamente el 65 % del total de las existentes en el casco urbano, teniendo que procederse a numerosas demoliciones y el consiguiente realojo de familias, un problema añadido en una época donde proliferaban, por ejemplo, los patios de vecinos, donde las condiciones no eran las más idóneas.

Poco a poco, y con la ayuda de las administraciones citadas, el esfuerzo municipal y también de la iniciativa privada y empresarial, Isla Cristina fue recuperándose de los estragos de este seísmo, afrontando el futuro con una mirada siempre puesta en sus orígenes.