EL ESCRITO ISLEÑO AUGUSTO THASSIO PRESENTA SU ÚLTIMO TRABAJO »MIGUEL HERNÁNDEZ: SU PERDICIÓN ENCONTRADA’, EN EL MARCO DEL CICLO DE PONENCIAS ‘MARTES CULTURALES’

 

‘Miguel Hernández: Su perdición encontrada» es el último título del escritor y poeta isleño afincado en Rosal de la frontera, Augusto Thassio que ayer fue presentado en el marco del ciclo de ponencias ‘Martes Culturales’, una iniciativa de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento con el objeto de acercar la Historia, el Patrimonio y los aspectos culturales más relevantes de la localidad al público en general.

Así, cumpliendo con todos los protocolos y normas de seguridad anticovid-19, las puertas de la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Antiguo Grupo Escolar de Nuestra Señora de los Ángeles, abrió sus puerta a esta nueva cita con la cultura a la que en representación del Ayuntamiento asistió la Concejala Delegada de Cultura, Ana Vieira, acompañada por el Técnico de Área, Francis Zamudio, encargado de presentar al autor y la persona encargada de presentarlo e introducir su obra, el también escritor isleño y activista medioambiental, Antonio Aguilera Nieves.

Una vez hechas las presentaciones pertinentes el polifacético artista isleño, desgranó los detalles de este libro el que se relata el itinerario hernandiano por el Portugal profundo y que es el resultado del trabajo de investigación del isleño, quien ha rescatado los tres primeros expedientes de detención y carcelarios que se incoaron a Miguel Hernández en los últimos días de abril y primero de mayo del año 1939, incluidas, en primicia, las huellas dactilares del poeta y dramaturgo valenciano.

Un libro que es mucho más que una relación de documentos, es el resultado de un arduo trabajo de investigación en distintas Cámaras Municipales portuguesas (Lisboa, Serpa o Moura) y española (Huelva y Rosal de la Frontera.) Así esta obra relata los días decisivos del escritor, sus tribulaciones, sus reflexiones en lo que pasaba en su contexto y en que desvela pequeños pero muy importante detalles de esos difíciles momentos en los que el periplo por Andalucía  buscando amigos para salir de España se convirtió en una especie de cepo para el escritor, de ahí el impactante título de la obra.

 

 

Cabe recordar que se trata de una edición bilingüe, español y portugués de la que salieron seiscientos ejemplares y en la que colaboró la Cámara de Municipal  de Serpa y el Municipio portugués de Moura así como el Ayuntamiento de Rosal de la Frontera, poblaciones íntimamente vinculadas a la figura de Miguel Hernández.

Seguidamente, Vieira hacía entrega a emocionado y agradecido Augusto Thassio del emblema de las jornadas con el que el Ayuntamiento agradece a los conferenciantes su participación en el ciclo cultural cada verano.

La Delegada le dedicó unas cariñosas y agradecidas palabras en primer lugar a Antonio Aguilera «por haber puesto en valor en tus palabras este espacio que hemos recuperado para la Cultura porque es necesario poner en valor estos espacio, dotarlos de vida y abrirlos a este tipo de actos, porque con ello sumamos a nuestro Patrimonio histórico y Cultural» y, en segundo  Thassio «por esta maravillosa y emocionante presentación que nos has ofrecido, en la que nos has acercado al personaje, a su faceta humana, a su calvario y siempre de esa forma tan peculiar y pasional con la que nos cuentas y expresas las historias de tus libros.»

 

Vieira destacó «el que el libro esté también en portugués» señalando que «es un libro de lectura amena y donde el lector se traslada fácilmente a la época en la que todo transcurrió y conocer al detalle cómo acontecieron los hechos, como vivió este periplo Miguel Hernández» poniendo en valor, por último «la faceta investigadora de Augusto Thassio, gracias a la cual, podemos disfrutar en este y en otros libros de Augusto» emplazándole a, como dijo «vuelvas a tu pueblo, con ese nuevo libro que preparas para presentarlo como mereces, y esperemos que para entonces, esta Pandemia haya pasado y podamos organizar un acto más multitudinario.»

Antes de finalizar el acto, Augusto Thassio recibía una grata sorpresa de otro gran artista isleño, en este caso el pintor Pedro Quesada que le hacía entrega de un fabuloso retrato.